La convergencia de la ciberseguridad y la IA - tercera parte (3 de 5)

Continuando con la tercera publicación de este artículo, la fase de “Descubrimiento”, la IA potencia la capacidad de la organización y administración para identificar los movimientos anómalos, determinar si son maliciosos, evolucionando en su conocimiento. Al analizar múltiples variables simultáneamente, la IA puede detectar patrones y comportamientos en grandes conjuntos de datos, identificando aquellas que podrían pasar desapercibidas para sistemas convencionales o a la vista por el personal. Un ejemplo práctico sería la implementación de sistemas de detección basados en IA que, mediante el aprendizaje automático, evolucionan con la organización, logrando diferenciar de manera inteligente entre eventos anómalos benignos y actividades maliciosas. Esto proporciona una visión más clara y guía los esfuerzos de seguridad hacia estrategias de solución más efectivas.

El proceso de descubrimiento y asimilación es sumamente dinámico, evoluciona conforme la IA conoce a la organización y su operación, analiza y comprende cuál es una operación habitual o normal en la organización.

En esta fase, un aspecto fundamental, es la capacidad de la IA para analizar y aprender de la organización ante la gran cantidad de información y métricas, en la que debe de determinar el tipo de amenaza.

La IA refuerza el descubrimiento al analizar múltiples variables y detectar comportamientos anómalos. Por ejemplo, un sistema de detección de intrusiones basado en IA puede monitorear constantemente el tráfico de red, identificando patrones inusuales que podrían indicar posibles amenazas. La capacidad de aprendizaje dinámico de la IA permite evolucionar con la organización, diferenciando de manera inteligente entre comportamientos anómalos y maliciosos. Esto proporciona una visión más clara de las amenazas, orientando los esfuerzos hacia estrategias de solución más efectivas.

En nuestra siguiente publicación (cuarta parte) continuaremos con su detalle.